¿Qué se puede esperar de la décima entrega de una saga de
terror serie B?... ¿Nada?
Pues en este caso ese “nada” es algo, malo, muy malo, pero
algo al fin y al cabo, en esta ocasión y bajo la advertencia “lo que vais a ver es real” nos presentan una de esas películas
tan de moda con cámara en mano y cámaras de seguridad, que no hay quien se
crea, “gracias” a unas malas interpretaciones, sobre todo la del padre de
familia, con momentos de autentico ridículo, y a unos no menos ridículos
momentos de “supuesto” terror. Pero lo peor no es eso, y es que en esta saga la
protagonista es esa inquietante casa que nos enseñan en el póster, en el póster
y nada más, no hay un solo plano en la película en la que veamos la fachada,
pero aun hay más, el interior de la casa no causa inquietud alguna, es una casa
normal y corriente, no han sabido o podido darle una atmósfera adecuada para
crear inquietud o suspense en el espectador y si a todo lo anterior le añadimos
que es aburrida, tenemos el cóctel perfecto para una película a evitar. En la
parte “buena”, tiene una muerte espeluznante, y el final es bueno, bueno en
cuanto a lo que ocurre, pero no en cuanto a como ocurre y menos aun en como
esta filmado. En definitiva, solo para fans, pero muy fans de la saga (aunque creo que a estos tampoco les gustara) o de las pelis tipo “Paranormal activity”.
Que lejos queda ya aquella magistral “Terror en Amityville”
con Margot Kidder, James Brolin y Rod Steiger con la que se inicio la saga en
1979.
Pero esto es solo la opinión de un Halcón nocturno.
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